La Parroquia Nuestra Señora del Pilar, un ícono que vigente 

 Como parte de una decisión política de preservar y enaltecer la historia del pueblo de Pilar, La Parroquia Nuestra Señora del Pilar, ha vivido una de las mayores obras de conservación 

Su construcción comenzó en 1821, gracias al impulso del vecino Lorenzo López, quien no solo donó materiales, herramientas y terrenos, sino que también fue el gran impulsor del proyecto, destinando recursos personales para iniciar la obra. Sin embargo, levantar el templo demandó nada menos que un siglo entero: recién en 1921, al cumplirse 100 años del inicio, se completó su fisonomía actual con la construcción de la torre derecha, que le otorgó el estilo barroco italiano que hoy la caracteriza.

La historia de esta iglesia está profundamente ligada al desarrollo del pueblo. Desde sus orígenes en la zona baja del Río Luján —donde se levantó la primera capilla— hasta su traslado a tierras más elevadas, donde hoy se ubica la plaza central de Pilar, la parroquia fue testigo y protagonista de los grandes momentos de la comunidad. Fue erigida sobre terrenos donados por Josefa Pérez de la Rosa, y declarada obra pública por Domingo de Basavilbaso en 1803, cuando se definió la traza fundacional del pueblo.

Desde los aportes del arquitecto José Villa en sus primeros pasos, hasta la intervención del salesiano Ernesto Vespigniani un siglo después, la Parroquia fue sumando capítulos de una historia de perseverancia y pertenencia.

Hoy, a más de 200 años del inicio de su construcción, sigue siendo el escenario de celebraciones religiosas, encuentros comunitarios y momentos significativos para miles de familias pilarenses. Es también un recordatorio permanente de que los grandes proyectos, cuando se construyen con compromiso colectivo, trascienden generaciones.