

La Cámara de Industriales Panaderos de la provincia de Buenos Aires advirtió que evalúa suspender la producción de facturas, incluidas las medialunas, debido al sostenido aumento de costos y la fuerte caída en las ventas, lo que hace inviable la continuidad del rubro.
La preocupación fue expresada por referentes del sector, quienes afirman que la rentabilidad actual no permite sostener ni ampliar la producción tradicional.
Martín Pinto, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Merlo, afirmó que se está considerando abandonar la elaboración de facturas. “Los panaderos estamos pensando en dejar de elaborar facturas por los altísimos costos de producción que implica y porque las ventas siguen cayendo”, aseguró.
Entre los insumos que más subieron, Pinto destacó “la materia grasa y la margarina”, cuyos precios se incrementaron durante cuatro semanas consecutivas. Este salto en los costos afecta directamente a la producción de medialunas, vigilantes y otras variedades tradicionales.
Según los datos aportados por la Cámara de Industriales Panaderos, el margen de ganancia actual ronda entre el 9 % y el 12 %, cuando históricamente se requería al menos un 40 % para afrontar inversiones en infraestructura y maquinaria.
“Hoy no se puede renovar equipos ni sostener el empleo. La producción se vuelve inviable”, declararon desde la cámara. La situación golpea especialmente a las pequeñas y medianas panaderías, que dependen casi exclusivamente de la venta diaria.
De acuerdo con estimaciones del sector, el precio de una docena de facturas debería ubicarse entre $18.000 y $25.000 para cubrir los costos actuales. Sin embargo, el mercado sostiene un valor promedio de $6.000 a $7.000, una diferencia que vuelve insostenible la producción.
“Con estos precios, se trabaja a pérdida. El panadero termina subsidiando un producto tradicional que el cliente ya no puede pagar a su verdadero costo”, expresó Pinto.
La posibilidad de que las panaderías dejen de ofrecer medialunas encendió las alarmas en un sector clave para la cultura alimentaria bonaerense. Las facturas no solo son un producto de consumo masivo, sino también un símbolo de la identidad local y de la mesa compartida.
En este contexto, la Cámara de Industriales Panaderos advirtió que, de no mediar una recomposición en la cadena de costos, se tomarán medidas drásticas. “El corte en la producción no es un anuncio liviano: es una necesidad frente al desbalance económico”, concluyó Pinto.