

Gustavo Menéndez y Axel Kicillof compartieron una reunión que quedó inmortalizada en una imagen publicada en redes sociales. El gesto generó ruido en el peronismo, atravesado por disputas internas y especulaciones sobre posibles reconfiguraciones.
El encuentro se produjo el pasado martes en la sede del Gobierno provincial. Allí, el mandatario bonaerense mantuvo distintas reuniones con jefes comunales, pero fue la presencia del alcalde de Merlo la que generó más repercusiones políticas.
Según se comunicó oficialmente, ambos dirigentes dialogaron sobre obras de infraestructura pendientes, particularmente la Autopista Presidente Perón, cuya construcción fue discontinuada por el Ejecutivo nacional. También se abordaron temas vinculados a urbanización y entrega de escrituras.
Menéndez compartió la fotografía con el Gobernador acompañada por un mensaje que destacó la “agenda común” orientada a “mejorar la vida” de la población. Aunque evitó referencias políticas, el contexto convirtió la imagen en un gesto de lectura inevitable.
El jefe comunal forma parte del Consejo Nacional del Partido Justicialista y mantiene su alineamiento con Cristina Fernández de Kirchner, aunque no ha exteriorizado críticas hacia el mandatario bonaerense. Su perfil conciliador contrasta con otros sectores más confrontativos del espacio.
Analistas interpretaron la foto como una muestra de pragmatismo. En tiempos donde el ajuste nacional complica la gestión local, el vínculo directo con la Provincia es percibido como una necesidad, más allá de las internas.
La imagen fue publicada por el propio Menéndez en sus redes sociales con un mensaje institucional. Sin embargo, fuentes partidarias reconocieron que el gesto fue leído como un intento de sostener puentes y evitar rupturas en medio del “fuego cruzado” que atraviesa al PJ bonaerense.
La posibilidad de una fragmentación preocupa a varios intendentes que temen la pérdida de representación en los Concejos Deliberantes y una merma en la capacidad de gestión territorial. La coyuntura, marcada por recortes y demandas sociales crecientes, refuerza esa inquietud.
Horas antes, Kicillof también recibió a Federico Susbielles, intendente de Bahía Blanca, quien venía de reunirse con Javier Milei en la Casa Rosada. En su caso, la agenda giró en torno a la recuperación del distrito tras las inundaciones.
“Repasamos las obras en marcha y la planificación futura”, publicó Susbielles, agradeciendo el respaldo provincial. Ambos encuentros, distintos en su contenido pero similares en su simbolismo, mostraron a un Gobernador en modo gestión, pero con atención política permanente.
Reuniones de este tipo, aunque presentadas con fines administrativos, no dejan de tener una fuerte carga simbólica. En un escenario de tensión interna, cada gesto puede modificar equilibrios y anticipar realineamientos en el tablero bonaerense.